¿Por qué cursar el Ciclo Superior en Imagen para el Diagnostico y Medicina Nuclear?
Si estás buscando una formación relacionada con el mundo sanitario puede parecer, a priori, que tiene poco contacto con el paciente y demasiado técnica. Lo segundo es cierto, lo primero no.
Un buen Técnico Superior en Imagen para el Diagnóstico (TSID), además de ser un buen “fotógrafo”, es decir, conseguir imágenes óptimas para que se pueda llegar en cada caso a un diagnóstico, será empático con las personas a las que atienda en su servicio, es decir, se pondrá en su lugar y entenderá sus miedos, fobias, dudas, … y, junto con el resto del equipo asistencial (médicos, enfermeros, auxiliares de clínica, celadores, personal administrativo), conseguirá que la estancia del paciente en nuestro área de trabajo resulte lo menos incómoda posible. El trabajo en equipo en este tipo de servicios es la base para unos resultados óptimos en cuanto a calidad y eficiencia.
Soy Fernando Piñango, enfermero y profesor de Anatomía por la Imagen y Atención al Paciente. Trabajo en Urgencias del Hospital Vithas-Nisa 9 de Octubre desde el año 1993. Me sigue gustando la “mala vida” de las guardias, impredecibles la mayoría de los días. También soy formador en distintos ámbitos de las profesiones sanitarias y asistenciales (Anatomía, Primeros Auxilios, Geriatría,…) y a distintos colectivos (auxiliares de clínica, auxiliares de geriatría, monitores de comedor, profesores, alumnado de colegios) desde hace casi 20 años.
Este es mi tercer año como docente en el ISEP-CEU CV, y el reto es apasionante. Supone cambiar el enfoque del tipo de profesionales al que solía formar. Los TSID son una pieza clave en el equipo asistencial, ya que muchas de las decisiones terapéuticas y de cuidados al paciente están basadas en los trabajos de imagen que se consiguen gracias a unos equipos cada vez más sofisticados y avanzados, pero también gracias a la destreza y formación de las personas que los manejan.
En mi larga experiencia hospitalaria, cada vez soy más consciente de la importancia de todos y cada uno de los elementos que conforman el equipo de trabajo, ninguno por encima de otro. Esa es la clave. Tan importante será que el médico tenga una sospecha diagnóstica precisa y aplique el tratamiento adecuado, como el trabajo de enfermería y auxiliares aplicando cuidados, prestando atención y cercanía en el trato, así como el equipo de limpieza manteniendo las instalaciones en unas condiciones óptimas de higiene, y en el caso que nos ocupa, que los TSID, bajo supervisión y en estrecha colaboración con los radiólogos, consigan las imágenes necesarias para confirmar/descartar la sospecha diagnóstica inicial.
Formación:
La primera de las asignaturas es evidente: Anatomía. Descripción del cuerpo humano por sistemas y aparatos. Lo novedoso es que conoceréis otra forma de verla y aprenderla, a través de exploraciones radiológicas (TAC, RM, Rx simple, …)
En Anatomía, sabréis interpretar (o empezar a hacerlo) las imágenes que se distinguen en una exploración radiológica (seguro que alguna vez habéis intentado «leer» una prueba -resonancia, TAC, radiografía- que os han hecho, y te descubres a ti mismo mirando las imágenes con cara de pez).
Respecto a la segunda, Atención al paciente, podríamos decir que es una visión del paciente al margen de las imágenes en sí: comunicación, primeros auxilios, movilización, protocolos. En definitiva, una visión global de la persona que atenderemos.
Aprenderemos a hacer una RCP (reanimación cardiopulmonar) de calidad, a conocer las constantes vitales y sus modificaciones, a manejar situaciones de urgencia (cuadros convulsivos, hipoglucemias, síncopes vagales, etc.)
Si al atractivo de la formación específica y práctica le sumamos que todas ellas se desarrollan en un entorno de clases participativas, abiertas, con espacios para la opinión y el debate, el aliciente es máximo.
