Luchadora y trabajadora, así es como se define Ana Belén Llop. Enfermera y profesora en el Instituto Superior de Estudios Profesionales CEU Comunidad Valenciana (ISEP CEU CV). Con 15 años de experiencia como enfermera, en la actualidad trabaja en el Servicio de Urgencias del Hospital Vithas Castellón. Ahora, más que nunca, vive con especial intensidad su profesión, la que describe con una sola palabra, VOCACIÓN.
Con vocación y una actitud positiva frente a la adversidad, así es como se enfrenta el personal sanitario al quehacer diario en los hospitales de la Comunidad Valenciana con motivo del coronavirus.
Ana confiesa que están siendo unos días “muy duros” y en ocasiones “estresantes” en los que deben trabajar con los cinco sentidos muy despiertos. “Trabajamos con mucha información sobre los protocolos que debemos aplicar para desempeñar nuestra labor correctamente, al mismo tiempo que estar muy atentos para protegernos y no caer enfermos”.
Según relata la profesional, otro de los frentes con los que deben lidiar cada día es con la incertidumbre y el miedo de los pacientes. “Vienen asustados y preocupados y nosotros debemos aportar los cuidados y la información correcta, tanto para paliar esas molestias fisiológicas, como para evitar que los pacientes generen más estrés y ansiedad”.
“A todos les pido que se queden en casa. Es la mejor barrera para frenar el Covid-19”
Un miedo que según apuntan, nace del desconocimiento. Profesionales sanitarios coinciden en señalar que nunca antes se habían enfrentado a una situación como ésta, ni siquiera comparable con la crisis por la Gripe A. “Ayudamos a mitigar el estrés generado por la patología, muy desconocida tanto para los ciudadanos como en ocasiones para el personal sanitario”, apunta Ana Belén.
Cada día entran cientos de pacientes por la puerta de urgencias del Hospital Vithas Castellón y no todos son por coronavirus. “Al trabajar en un servicio de urgencias, atendemos todo tipo de patologías. Desde enfermería realizamos y ayudamos a la valoración del paciente junto al servicio médico y posteriormente aplicamos el tratamiento prescrito. Entre las pruebas: electrocardiogramas, toma de constantes, administración medicación intravenosa, intramuscular u oral, realización de curas… Es un trabajo constante en el que no hay descanso”.
Una labor que califica de intensa pero también gratificante cuando ves actos como los que la ciudadanía repite cada día a las 20 horas cuando salen a sus balcones a dar las gracias al personal sanitario en forma de aplausos. “Me siento muy agradecida. Me emociona ver a toda esa gente en sus balcones aplaudiendo. Creo que esos aplausos también tienen que ir dirigidos a todos aquellos que por trabajar en servicios de primera necesidad, deben a salir todos los días de casa con el riesgo que conlleva estar expuesto. Cuando uno elige ser sanitario, ya sabe que dicha profesión conlleva unos riesgos. Uno llega a acostumbrarse a estar expuesto a situaciones difíciles”.
Una profesión de vocación de servicio a los demás que nos recuerda la importancia de ser responsable. “A todos les pido que se queden en casa. Es la mejor barrera para frenar el Covid-19. Quedándose en casa, ayudan al personal sanitario a no colapsar los servicios de urgencias, y evitan estar en contacto con más gente. Hay estudios que demuestran que se puede tener Covid-19 y no manifestar ningún síntoma, pero sí ser una vía de contagio”, enfatiza Ana.
Quedarse en casa y disfrutar de la compañía de nuestros familiares más cercanos, puesto que al resto de amigos y familiares tendremos que esperar para verlos. “Pienso que el periodo de confinamiento ha hecho que valoremos mucho más la relación que tenemos con nuestros familiares y amigos. Cuando se termine, valoraremos mucho más lo que tenemos”, sentencia.
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